lunes, 3 de septiembre de 2018


Discurso de Mauricio Macri
FUE LA IMAGEN VIVA
DE UN GOBIERNO ACABADO
                Lejos de llevar tranquilidad, luego de varios días de incertidumbre económica a raíz de la suba indiscriminada del dólar y de un fin de semana lleno de filtraciones, que decían del cambio de ministros y que en realidad no se dieron porque no había quien aceptara tan alta responsabilidad, sumada a una ya insoportable Carrió, amenazando a todos, el presidente Macri habló a la población. Pero todo mal, una hora más tarde de lo anunciado, con una señal de ajuste  que parecía una  clave morse  y si a ella vamos, eran dos pitidos cortos y uno rápido, es decir punto punto raya, que traducido es la letra U. Es decir, varios minutos de UUUUUUUU, anunciaban lo que vendría. ¿Casualidad?
                Como es su costumbre, repartió culpas a extraños mucho más que a propios. Y quien mucha culpa se llevó, fue el tema de los llamados cuadernos de la corrupción. Si señores, un tema que sólo le interesa a los implicados, hizo subir el dólar 10 pesos en pocos días. Para no hacerlo largo, los únicos que no tienen culpa, son los responsables de manejar la economía… aunque las filtraciones del fin de semana hayan sido la de remover a las cabezas máximas, excepto la de Macri, pero parece que nadie aceptó. Se viene la eliminación de ministerios, fusiones de otros y distintas medidas aún no reveladas. Pero no es necesario decirlo, nada que apunte a aliviarle la vida a los argentinos.
                Hasta el momento anterior al discurso, teníamos un gobierno que en coincidencia de los analistas –incluso algunos propios- lucía sin liderazgo político, lo cual es gravísimo. Al Presidente, se lo vio con la imagen de una persona sin vigor, sin dinamismo ni dinámica, carente de liderazgo, una imagen de profesional acabado.  Con esa imagen del Presidente y su gobierno, van a pedirle al FMI más dinero y que les crean. Flaco favor el de hoy.