domingo, 15 de septiembre de 2019


SEGUNDA EN EL MUNDIAL DE BASQUET
¡IGUAL FUE EXCELENTE!
           
       Excelente, casi brillante. Fue una actuación que superó con creces las expectativas previas a comenzar el Mundial. Pero más allá de cualidades propias y ajenas, llegados al partido final, sólo se quiere ganar. Pero no siempre es así, la derrota no puede empañar una actuación impresionante y demostrativa además, de que la Generación Dorada tiene dignos herederos.

            Sin temor a equivocarnos, podríamos decir que nadie que no fuera integrante del equipo argentino de básquet lo suponía -y tal vez sólo estemos hablando de los más optimistas del team- que la Argentina sería protagonista de la final del Mundial de este deporte. En la previa, se tenía como el partido clave al que la Argentina sostendría con Nigeria, para clasificar al segundo grupo, sabedores de que Corea del Sur no era un rival de peligro y ganar o perder con Rusia, no influiría demasiado. Para la segunda ronda, se estimaba que los cruces iban a ser con rivales asequibles y para cuartos, ya era un solo partido a suerte y verdad. Los dos objetivos eran quedar entre los mejores 8, es decir ganando en cuartos de final y clasificar para los Juegos Olímpicos del próximo año. Con esos dos objetivos cumplidos, se podrían armar las valijas con tranquilidad. Pero la realidad superó a la fantasía y este equipo liderado por el “eterno” e “increíble” Luis Fabián Scola y con toda la magia de Facundo Campazzo, fue dejando atrás rival tras rival y en cuartos de final, superó con holgura a Serbia, uno de los máximos favoritos, en una demostración de calidad impensada, por la jerarquía del rival. Las sorpresas no terminaron allí, pues en semis, “borró” al equipo que había liquidado al dream team de los Estados Unidos -por segunda vez, recibieron como lección que por más NBA que sean, no alcanza con traer un equipo de 8 puntos-, superándolos por 14 puntos, que hasta podrían haber sido más.

            La final, fue otra historia. La Argentina se encontró con un España brillante, liderada por un Marc Gasol intratable, ganado rebotes en ambos tableros. Fue un partido en donde a uno se le desalinearon todos los astros, mientras que al otro, se le alinearon todos. Imposibilitados de penetrar y tirar debajo del tablero, ya que se encontraban con verdaderas paredes, los tiros desde afuera a la Argentina no le funcionaron, mientras que España convertía desde la zona pintada y desde afuera, casi sin errores. Poco se pudo poner la Argentina en partido y cuando lo hizo, fue rápidamente cortado por su rival.

No es el comentario del partido lo que en esta nota importa, sino valorar lo que hicieron esta docena de jugadores y su cuerpo técnico, herederos directos de la Generación Dorada, la que por más de 15 años llevó al básquet argentino a los primeros lugares de este deporte a nivel mundial. Se creía que jugadores como Ginobilli, Nocioni, Victoriano, Oberto, Sconochini, Wolkowyski, Montechia, Scola, Sánchez, Herrmann, Delfino, Gutierrez, Prigioni, comenzaron y cerraron la más brillante campaña de la Argentina. Pero hoy Facundo Campazzo, Nicolás Laprovíttola, Patricio Garino, Lucio Redivo, Nicolás Brussino, Gabriel Deck, Máximo Fjellerup, Marcos Delía, Agustín Caffaro, Tayavek Gallizzi y de nuevo, Luis Scola, demostraron que esa generación dejó a sus herederos, que abren otra etapa que puede porque está en condiciones, de ser brillante. El espíritu de los dorados brilla en estos chicos, que Scola aparte, son todos menores de 29 años. Pero Luis Scola parece tan joven como ellos, el gran capitán es el nexo entre unos y otros y supo infundir la impronta de quienes nos llevaron a los primeros planos del básquet mundial. Y dirigidos por Rubén Magnano, luego por su ayudante Sergio Hernández, seguido por Julio Lamas y en la actualidad repitió el "oveja" Sergio Hernández, pero los tres del mismo estilo. 

Muchas veces no se valora un segundo puesto, o un tercero… En honor a la verdad, la valoración depende no sólo de los kilates propios, sino en igual medida de los méritos de los rivales. Es cierto que las comparaciones pueden ser y en verdad son odiosas, es tan cierto como que es necesario hacerlas, porque si no se hacen se cae en que todo es igual, todo da lo mismo. Se le ganó a equipos de nivel inferior, a otros de nivel parejo y a Serbia y Francia se los borró, siendo estos de nivel superior a la Argentina. El equipo nacional, sus jugadores se potenciaron y los borraron de la cancha. España fue superior, lo demostró a lo largo de todo el partido y se perdió sin atenuantes, aunque de haber tenido la Argentina un poco más de suerte en el goleo, el margen de la derrota seguramente hubiera sido más chico y estando un equipo como la Argentina “en partido”, nunca se puede saber qué es lo que puede o en este caso hubiese podido suceder. Si se pierde en partido final con un equipo notablemente inferior, como el fútbol argentino contra Chile en dos oportunidades, la historia es distinta. Dicho ésto para quienes pretendan emparejar las derrotas en el fútbol contra Chile, con ésta del básquet.

Pero hay que destacar que la Generación Dorada, no fue una coincidencia de excelentes jugadores, sino el trabajo de muchos años, que supo abrevarse en la Liga Nacional de Básquet, genial proyecto de los entrenadores José María Cavallero, León Najnudel y Horacio Seguí, y el periodista Osvaldo Ricardo Orcasitas, nacida en 1984 reemplazando al Campeonato Argentino de Clubes. Antes de los Dorados, les marcaron el camino jugadores como entre muchos otros, el “Pichi” Campana, Uranga, Romano, el gigante González, Garrone, Milanesio, Espil, Montenegro, De la Fuente, Racca… Y antes de la Liga Finito Gehrmann, Chocolate Rafaelli, Guitar, Perazzo, Pellandini, Rubén "el sordo" Fernández, padre de Gabriel "el lobo", de la Generación Dorada y abuelo del "lobito" Gustavo, número 1 del mundo en silla de ruedas… Mucho antes Oscar Furlong junto a los campeones del mundo de 1950.. Y los equipos de Obras Sanitarias, Ferro -Cechini, Bonichini, Budding-, Lanús… Los equipos cordobeses, bahienses, porteños, marplatenses… Muchísimos nombres, equipos a lo largo y ancho del país… Y campeonatos argentinos con selecciones de provincia. Un básquet que a pesar de algunos tropiezos, no se detuvo y fue en permanente evolución…

Y una nueva generación, que demuestra que siempre se puede más y más y más. Este subcampeonato mundial, está llamado a ser el primer logro de otros que van a venir, de los herederos de la Generación Dorada. De los herederos… que ya son realidad.