14/5/1930 17/1/2020
CON LA PARTIDA DE
JUAN CARLOS SARABIA
LA CULTURA NACIONAL
JUAN CARLOS SARABIA
LA CULTURA NACIONAL
PERDIO A UNO DE SUS VALUARTES
No
necesitó ser el mejor cantante, ni un eximio guitarrista, para transformarse en
único e irrepetible. Así, al ritmo de una zamba lenta, tranquila, natural, se
extinguió la vida de Juan Carlos Saravia, quien dejó el “casi”, para
transformarse en una leyenda.
Unico e
irrepetible, como lo fue “su” conjunto, Los Chalchaleros, casi desde que se
convirtieron en cuarteto en el Teatro Alberdi de Salta, dejando ya de ser los dos
dúos de amigos – uno formado por los primos Saravia: Juan Carlos (el gordo) y
Aldo (el Chivo) y el otro por Víctor (Cocho) Zambrano y Franco (Pelusa) Vera-, que
habían coincidido en la fiesta de la Primavera del año anterior del Colegio
Nacional. Tres guitarras y un bombo, marca registrada del conjunto, imitados
luego por infinidad de conjuntos. Pero la peculiar forma de “cantar – no cantar”
la última sílaba de algunas palabras, defecto producido por la falta de aire,
fue su sello distintivo. Y tanto lo fue, que el estilo perduró a pesar de que esa
falta de aire fue solucionada, tomando lecciones de canto.
La
imagen de Juan Carlos Saravia artista, es ampliamente conocida, a través de sus
actuaciones, entrevistas, su libro autobiográfico -imperdible lectura- o las
cientos/ miles de anécdotas, cosechadas a través de 54 años de recorrer
escenarios, incluyendo los dos años que les llevó la despedida -de allí el dicho
“más largo que despedida de los Chalchaleros”- pero quien esta nota escribe,
quiere dar fe con una anécdota personal, de que lo que lo enaltece no son sólo
las palabras. Con el permiso de los lectores para tomar la primera persona, cuento
que tuve el honor personal y profesional, de haber entrevistado a Juan Carlos
en tres oportunidades y una a Facundo, siempre representando a medios de prensa
de los denominados “chicos”. El trato de los Saravia para conmigo, fue siempre
cordial, amistoso, dándome el tiempo que necesitara para mi tarea profesional,
sin ningún tipo de apuros ni mucho menos de condicionamiento. Repito, ellos
eran estrellas, yo simplemente un periodista representando a un medio como
dije, “chico”. La primera entrevista había sido pactada con la secretaria del
conjunto, “Mima”, si la memoria no me traiciona por el paso de los años. Pero por
un cambio de fechas, un acto en el cual Juan Carlos sería galardonado por una
universidad porteña con el título de “Doctor Honoris Causa” en la disciplina de
Folclore, coincidía con mi entrevista. Entonces, Juan Carlos en forma personal,
me llamó por teléfono -yo no estaba en la que entonces era mi casa, habló con
mi mamá largo rato- para sugerir otra fecha, contar el por qué del cambio y él
que era una de las máximas estrellas, disculparse con el periodista joven
representante de un medio chico, que era yo. Esta anécdota, pinta de cuerpo
entero su bonhomía, sencillez y respeto, conque se manejó a través de los años.
Podría haberme avisado por medio de su secretaría o incluso no avisarme. Pero
lo hizo de la forma referida. El público devuelve lo que recibe y a Juan Carlos
“Lalabia” -otro de sus apodos, no se necesita explicar el por qué- le dio
muestras de cariño incondicional en donde quiera que él estuviese.
No era
el mejor cantante, no era un eximio guitarrista, pero fue único e irrepetible. Y
por sobre todo… fue “muy buena gente” y este es un calificativo que no está al
alcance de cualquiera.
¡Hasta
Siempre, querido maestro Juan Carlos Saravia!
Se fue un GRANDE,con su sencillez y calidad humana ,que dio a conocer en casi todo el mundo ,la riqueza denuestro folklore.
ResponderEliminarNos legó un valioso aporte a la cultura nacional!!!
ResponderEliminarTal como dicen. Muchas gracias por los comentarios
ResponderEliminarUn creador sin duda.
ResponderEliminarMuy buena la nota!